Llega octubre, comienzan las temáticas de Halloween y con ello las historias de terror. No faltarán entonces los posteos de miedo donde los publicistas contamos anécdotas de los clientes que nos hicieron sufrir.
Dejando de lado las risas o malos recuerdos de este tipo de publicaciones , me puse a pensar más a fondo sobre ser el malo en la historia de terror y me doy cuenta de que TODOS hemos sido en algún momento los antagonistas hacia alguien; porque estábamos cansados, porque no fuimos claros, llevamos prisa o por distraídos y lo mismo pasa en la vida del publicista. De verdad creo que la mayoría de las historias de terror no son a propósito (o eso quiero pensar), aquí relato algunas de ellas y cómo evitar ser el antagonista de la historia.
Torturas medievales
El de cuentas presiona al equipo creativo, el cliente presiona a cuentas porque a su vez el jefe los está presionando y así en una cadena que se puede extender varias jerarquías. Esto no quiere decir que el de cuentas quiera ser malo con los creativos ni el cliente con cuentas. Normalmente, este tipo de historias de terror tienen origen en la larga cadena que se forma para una solicitud, y en cada eslabón se va perdiendo un poco de tiempo de manera inconsciente, lo que provoca que pase mucho tiempo desde que el responsable en la parte superior de la cadena hace una solicitud hasta que ve un resultado, generando así una mayor presión.
¿Cómo solucionarlo?
Trata de acortar la cadena de procesos, si es posible involucra de lado de cliente a los tomadores de decisión por lo menos en juntas de brief y ve que el equipo interno esté presente para ahorrar pasos.
Los cronogramas son herramientas útiles para que cada quién sepa en qué momento tiene que hacer su tarea y agilizar las cosas. En este punto, empatizar ayuda a evitar roces, no lo hagas personal y toma en cuenta que la persona que solicita las tareas suele estar bajo presión de otras áreas. Si eres quien realiza la solicitud, trata de ser lo más claro, reúne todos los cambios para pasarlos de una sola vez y no de a poquitos para agilizar las cosas.
Zombie maquilador
A veces, el trabajo fluye sin problemas hasta que una solicitud se atora, y es en ese momento cuando se le pone más atención, haciendo que se vuelva una cadena interminable de cambios. Nadie sabe exactamente cuál es la solución y se piden ajustes mínimos por montones: un poco más azul, un 10% más pequeño, intentemos otra versión, etc. Y antes de que nos demos cuenta, la solicitud se convierte en un proceso interminable y solo nos volvemos zombies que ejecutan cambios sin parar.
¿Cómo solucionarlo?
Cuando detectes que una solicitud se estancó, lo ideal es parar y entender qué es lo que se requiere. En muchas ocasiones, el cliente ni siquiera sabe exactamente lo que no le convence; en este escenario, una técnica que puede funcionar es enlistar las cosas que no funcionan. A veces, presentar una nueva propuesta elaborada por alguien que no esté tan ciclado en el proyecto puede resultar beneficioso.
Por último, si no es posible tomar una decisión, puedes proponer la mejor alternativa de entre todas las versiones disponibles y, como experto en comunicación argumentar por qué es la opción más acertada. En muchas ocasiones, estamos tan cegados por ver lo mismo tantas veces que no lo racionalizamos hasta que nos lo argumentan a detalle.
Modo Monstruo
A todos nos ha pasado que alguna persona explote y saque su enojo con palabras, gritos o acciones que no son de lo más profesional. Los estragos pueden durar más que solo el momento, lastimando la relación con el equipo interno o el cliente. Por supuesto que no avalo, normalizo y mucho menos permito la situación, pero entiendo que hay veces que se junta frustración, enojo, un mal día, decepción y otros sentimientos que hacen que la gente explote.
¿Cómo solucionarlo?
La mejor forma de solucionarlo es evitarlo. Si eres una persona temperamental puede funcionar pensar lo que vas a decir antes de tener esa reunión complicada. Otra opción es redactar y decirlo por correo. Si necesitas expresar algo con lo que no estás conforme, una solución es expresarlo de manera asertiva proponiendo una solución para llegar a un buen punto.
En el caso de que ya estés en este tipo de situaciones debes de saber que no toda la gente reacciona de la misma manera y que confrontar a una persona en “modo monstruo” puede desencadenar una confrontación mayor. Por lo tanto, yo sugiero intentar calmarse y sugerir continuar con la discusión en otro momento para tomarlo con otra perspectiva.
Estos son ejemplos de historias comunes y cómo solucionarlos, pero hay muchos más. ¿Conoces alguna? Cuéntamelo.
Chucho Fernández - VP Operations & NB
Comentarios, dudas y reclamaciones: equipoeditorial@birth.com.mx
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