De todas las decisiones que tiene una organización, la comunicación estratégica ha adquirido una relevancia trascendental en la actualidad. Gracias a esta práctica, las organizaciones pueden fortalecer su imagen, crear sinergia y alcanzar sus objetivos.
Para el employer branding, esto no es algo ajeno, sino todo lo contrario, pues sus beneficios son altamente valorados actualmente. Esto se debe a que la comunicación interna como externa, tiene efectos positivos en las estrategias y en las relaciones interpersonales de cualquier organización, logrando una conexión entre la filosofía de las empresas y el ADN de los colaboradores que forman parte de ella.
El employer branding permite construir y gestionar la reputación de las marcas empleadoras. Esto ayuda a definir la propuesta de valor que, a través de la cultura organizacional, logrará generar experiencias positivas y significativas para cada integrante de la organización.
Dile “sí” a la comunicación estratégica
La principal directriz de la comunicación estratégica se enfoca en planificar, desarrollar y ejecutar comunicaciones efectivas entre los clientes internos y externos de una organización. Esto implica tres acciones vitales: (1) definir los públicos, (2) desarrollar mensajes clave y (3) diseñar/seleccionar los canales de comunicación adecuados.
Cuando las organizaciones logran un desarrollo óptimo en materia de comunicación, obtienen los siguientes beneficios:
Desarrollo de una imagen positiva de la empresa empleadora
Ampliación de la propuesta de valor del empleador (EVP)
Medición del impacto de las iniciativas de employer branding en los objetivos de la marca
Aumento de la percepción de valor de la empresa por parte de los clientes externos
Crecimiento del valor social y de la responsabilidad ecológica
Dile “no” a la comunicación improvisada
El employer branding es el “qué” y el “por qué” de la comunicación relacionada con los colaboradores, mientras que la comunicación estratégica define el “cómo” en las organizaciones. Por ello, se requiere de profesionales del área, sistemas, tecnologías y procesos sistemáticos que, en conjunto, permitan una sinergia organizacional.
Por esta razón, es fundamental evitar las malas prácticas en comunicación como:
No realizar acciones de comunicación estratégica sin un departamento ni una estructura profesional de la comunicación organizacional.
No poseer una cultura organizacional coherente y significativa para los públicos internos y externos.
No tener métricas y sistema de inteligencia de datos que permita a la organización optimizar sus recursos y esfuerzos de comunicación.
"La comunicación estratégica es la verdadera tarea del liderazgo", y esta puede marcar la diferencia entre una organización exitosa y una organización que solo intenta “vender".
Dr. Oscar Meléndez Zárate
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